Rotterdam: La Holanda diferente y que no esperabas

Holanda evoca tulipanes, molinos de viento de madera y casitas de colores. Este país, levantado en gran parte sobre el mar, recibe a millones de visitantes cada año, atraídos principalmente por los encantos de su capital, Ámsterdam. Y sin embargo, hay otra ciudad que destaca por ser una rara avis dentro del mundo holandés: Rotterdam. Esta urbe, que se alza en la confluencia de los ríos Rin y Mosa, cuenta además con el puerto más grande de Europa y uno de los de mayor tamaño del mundo, con cerca de 40 kilómetros de extensión.

Rotterdam

La particularidad de Rotterdam reside en que, debido a que fue destruida casi por completo por los bombardeos alemanes en la II Guerra Mundial, no conserva casi ningún edificio histórico, por lo que ha tenido que resurgir de sus cenizas y reinventarse. Sin duda ha sabido hacerlo con éxito y hoy es una ciudad moderna que se erige como todo un referente europeo en diseño, arquitectura y vanguardia.

 

Dentro de la propia ciudad conviven diversos barrios, cada uno con un carácter y estilo diferentes, en el que se esconden maravillas arquitectónicas y lugares con encanto.

 

Oude Haven

Este distrito cuenta con una de las pocas edificaciones que sobrevivieron a los bombardeos de la IIGM, la llamada “Casa blanca” o Het Witte Huis (en neerlandés), que fue en su época el edificio más alto de Europa. En este barrio podemos encontrar otros edificios singulares como la biblioteca en forma de lápiz o las casas cubo amarillas del conocido arquitecto Piet Blom.

 

De Kop van Zuid, el nuevo barrio cool

De Kop van Zuid es un barrio nuevo en las orillas del río Nieuwe Maas, justo enfrente del centro de la ciudad. Se alza sobre antiguos terrenos portuarios, convirtiéndose así en el ejemplo perfecto del espíritu holandés, ingenioso e imaginativo. Plagado de restaurantes y terrazas en verano, ofrece una espectacular vista de la ciudad. En este barrio también podrás encontrar otra de las atracciones principales de Róterdam: el Hotel Nueva York, ubicado en la antigua sede de la Holland America Line y al lado del muelle Wilhelmina, desde donde los cruceros zarparon durante un siglo desde Róterdam hacia Nueva York.

 

Los puentes de Rotterdam

Como la ciudad está dividida por el río Mosa, cuenta con diversos puentes que conectan ambas riberas. Uno de los más famosos es el puente Willemsbrug (puente de Guillermo), que conecta el norte y el sur de la ciudad. Su silueta roja es inconfundible desde cualquier lado de la ciudad.

 

Más moderno, el puente de Erasmo también destaca en el skyline de la ciudad. Su alta torre asimétrica, apodada “el cisne”, sostiene 32 cables de acero y refleja el carácter industrial de la ciudad y la unión de dos barrios, la moderna zona financiera y el centro histórico. De color azul cielo, durante el día casi se funde con el cielo, mientras que por la noche la iluminación hace que sea de un blanco brillante, destacando sobre la oscuridad.

 

Entre las construcciones arquitectónicas más recientes destacan los rascacielos De Rotterdam, de Rem Koolhaaas, que otorgan a la ciudad un perfil casi noeyorkino, o el complejo de apartamentos De Calypso, cuya colorida fachada se mantiene en continuo movimiento.

 

Róterdam continúa sorprendiendo a habitantes y viajeros, siempre en línea con las últimas tendencias y confirmando que esta ciudad sabe adaptarse a los tiempos y se posiciona como una de las joyas holandesas por descubrir.

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