Mejora la eficiencia de tu sistema de calefacción para este invierno

¿Has tenido alguna vez la sensación de que tu calefacción no calienta correctamente? Si tu respuesta es afirmativa, quizá haya llegado el momento de revisar su funcionamiento.

Durante la temporada invernal merece la pena comprobar el funcionamiento de la calefacción, no solo para estar seguros de que todo funciona, sino también, para mejorar su eficiencia. La puesta a punto de los equipos te permitirá aprovechar toda su potencia y ahorrar en la factura de la luz. Aunque cada sistema cuenta con un mantenimiento diferente, en la mayoría de los casos podrás hacerlo tú mismo. Te mostramos cómo.

 

Calefacción de gas

La calefacción de gas es una de las opciones que existen para caldear nuestro hogar, y una de las más instaladas en los hogares españoles. Más allá de la revisión anual obligatoria que deben pasar este tipo de calderas, es recomendable purgar los radiadores para evitar que el aire afecte a la distribución del calor.

Purgar un radiador es muy sencillo. Abre ligeramente la espita situada en la parte superior del radiador hasta que salga el aire, colocando un vaso debajo para que recoja el agua que pueda caer durante el purgado. Una vez eliminado todo el aire, cierra la llave y revisa que la presión de la caldera (en el manómetro o equivalente) se encuentra en los valores recomendados por el fabricante (habitualmente entre 1,5 y 2,5 bares). Por supuesto, realiza toda esta operación cuando la calefacción esté apagada.

 

Calefacción eléctrica

La calefacción eléctrica es uno de los sistemas más sencillos de usar, simplemente  enchufas el aparato y esperas a que caliente la estancia.

Los radiadores eléctricos no necesitan mantenimiento, basta con pasarles un paño o trapo húmedo de vez en cuando para mantener limpio el equipo, si bien, el incremento constante de la factura de la luz hace que más de uno se lo piense dos veces antes de enchufarlo.

 

Emisores termoeléctricos

Los emisores termoeléctricos, más conocidos como radiadores de aceite, generan aire caliente al enchufarse a la luz. Con este sistema cada equipo trabaja de forma independiente por lo que, si necesitas contar con un gran número de radiadores posiblemente tendrás que contratar más potencia de luz.

Al igual que un radiador convencional, su mantenimiento se reduce a la limpieza del equipo, algo que puedes hacer tú mismo con la ayuda de una aspiradora con el accesorio de boquilla pequeña, un plumero, una mopa o un trapo.

 

Suelo radiante

Los sistemas de suelo radiante son los más instalados en las zonas frías. Esta tecnología consiste en una instalación de cables eléctricos o tuberías ocultos bajo el suelo por los que circula el agua a temperatura elevada.

Si cuentas con suelo radiante, estás de suerte, pues no necesitan de mantenimiento ni puesta a punto.

 

Bomba de calor

Las bombas de calor cuentan con un ciclo de generación reversible a través de los que producen calefacción en invierno, aire acondicionado en verano y agua caliente sanitaria todo el año. Al contrario que los sistemas tradicionales de climatización, funcionan con aerotermia, que es una energía limpia y eficiente de bajo consumo energético, y pueden instalarse en cualquier estancia.

Su mantenimiento es prácticamente nulo, pues solo es necesaria la limpieza periódica de su filtro de aire.

by Hitachi Cooling & Heating